sábado, 29 de mayo de 2010

Apuntes I

Este texto que aquí les comparto, es un ejercicio de encabalgamiento que hicimos en un taller de creación literaria. los textos son: el poema Himno entre Ruinas de Octavio Paz y  Tierra Baldía de Elliot. que fueron asimilados de esta forma por el loco con pretenciones de escritor que vive en mi.


Desperté en medio del río
Flotando con los brazos extendidos
Los peces me devoraban en pedazos
Sombrío remedo de un árbol en otoño
Desojado                                                me sigo desojando,
Flotando con los brazos abiertos me desojo
De vuelta al río me consumo como un llanto
Fruto antiguo que cayó entre los escombros
Olor a sangre sobre el vino de mi mesa
y Desperté jadeando cuestionando al sol
Mido medio cuerpo de flotar desnudo
En un colchón templado con ruinas de ti
Soy el niño que cayó de rodillas
Una tarde de muertos desterrados por el polvo
No fue suficiente consultar al alba                              nunca lo fue
Ni al atardecer juzgar qué tan rojo y tan violeta al final nos odia
Sólo eres yo flotando en pedazos
Pedazos de ruinas en la ciudad cansada de recuerdos
Hastiada hasta el sudor y el vómito
De quimeras de esquina nocturna
el señor míster noctámbulo quimera
Y qué pasaría si me aviento de cara en ese río de aguas obscuras nuevamente
¿Serías el recuerdo que se aferra para no sucumbir a la corriente?
Ese día, me aferré como un niño a la piedra adormecida por el agua
Gritando el nombre de pila de mi padre,                                        de mi madre
En medio del desgarrado bramido de las aguas,
Chillé                                                            como animal olvidadizo de conciencia
Aferrándome pueril a la vida,                                    chillé bramidos
Para no morir de frío,
en el agua turquesa de las fotos polaroid
Estrellado y radiante entre las piedras, pude ser
El ahogado fenicio, marinero sin barca
Despojo de recuerdos temerosos
Que nunca más pudo dormir…
Fui el ahogado que pensaba en blanca estela
Beatriz,                              Helena,                      Anabel Lee
La niña que sabía nadar en medio del mar gris
Mientras al niño querido de su abuela lo mandaban a la cama
A soñar con brujas y carruseles delirantes
Y todavía hoy me sigo ahogando
Aunque quiera flotar los peces me devoran
La sombra,                                                              soy la sombra
La sombra que ha zancadas me atormenta
Y me saca los ojos de las cuencas
Si me detengo a mirar el agua
Y si mejor cambiara,
Ahora cambiara mi vida
Y me dejara devorar por las palomas,
Extasiado, sobre un cúpula de iglesia
Devorado por palomas sucias y piadosas
que viven en el campanario barroco de los muertos
Quizás de una vuelta al colchón hecho de ruinas y descubra una cara aun mas mohosa
Y nunca más sueñe… y muera feliz
en la corriente de aguas azules polaroid.



Festival Internacional Amado Nervo

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